Por: Jorge Cortés
- ¿Te parece bien si yo también te hago unas preguntas?
Con esas palabras fue como empezó mi entrevista con Maritza Chimarro, una persona muy especial y de gran corazón que hace parte del colectivo Río de la Raya como su directora y quién lucha por lograr sus metas y objetivos.
- Por supuesto, no hay problema; si quieres comienza tú –respondí con una gran sonrisa, pero internamente sorprendido. No esperaba que ella me fuera a preguntar algo y por supuesto que no estaba preparado para lo que fuera que preguntara.
- Bien Jorge, primero quisiera saber el por qué tu grupo escogió este colectivo ¿Qué es lo que les atrae del mismo? –dijo Maritza disparando su primera pregunta hacia mí.
Sentí alivio al escuchar eso, pensé que sus preguntas serían más técnicas al respecto de nuestro trabajo; ya estando relajado tomé una gran bocanada de aire y respondí.
- La razón por la cual decidí trabajar con el colectivo Río de la Raya fue por los temas que tratan, en especial con los temas de la conservación del medio ambiente y la cultura prehispánica puesto que son temas que me llaman mucho la atención y con los cuales me he sentido identificado a lo largo de mi corta vida – esas fueron mis palabras hacia la primera pregunta de Maritza, su cara se veía algo seria, pero denotaba un cierto aire de gustarle mi respuesta.
Después de unos segundos de silencio que parecieron eternos Maritza me comentó que no esperaba esa respuesta, le llamó mucho la atención que yo siendo un joven criado en la ciudad me interesará por el medio ambiente y culturas ajenas a la mía; de esa respuesta salió otra relacionada al tema.
- Jorge ¿De dónde salió ese amor hacia la naturaleza? –me preguntó Maritza sin mucho revuelo.
- Bueno Maritza te contaré una historia –comencé con esa frase– la ciudad donde yo vivo queda muy cerca de una zona rural que se llama “Cañón del Combeima”, es un lugar muy bello que desde que tengo memoria he visitado por el motivo de que tengo una finca allí entonces el plan familiar de fin de semana siempre era subir a la finca a revisar como estaban las cosas por allá; de ahí nació mi amor hacia lo natural, de ver animales, de criarlos, de estar tan cerca siempre del medio ambiente y que ir a mi finca fuera algo tan especial.
Maritza tenía una sonrisa en su rostro que me decía que le había agradado mi respuesta, fue entonces que aproveché que ya habíamos entrado en confianza para preguntar.
- Ahora yo te devuelvo la pregunta Maritza ¿De dónde salió ese amor por la naturaleza tuyo? —pregunté de manera directa.
- Eso se puede responder al igual que el tuyo con una historia –dijo Maritza mientras levantaba la vista y tomaba aire— cuando yo era una niña y salía a vacación mis papás me llevaban al campo a explorar por vastos terrenos donde podía correr, sentarme bajo un árbol a descansar o simplemente cerrar los ojos y ponerme a escuchar los ruidos de la naturaleza –dijo Maritza mientras sus ojos se llenaban de lágrimas— Era algo raro hacer eso en mi ciudad ya que todos preferían ir a los moles a ver ropa y visitar las tiendas, mi familia nunca fue así.
Después de esa inspiradora historia y de sentir que Maritza ya había dejado ese aire de estar cerrada a responder decidí preguntar cosas más personales.
- ¿Quién es como tal Maritza Chimarro? –Le pregunté con un tono curioso.
- Bien, para responder a eso debo decir que yo no me identifico como ecuatoriana ni como mujer –respondió de manera seria— yo me siento como un alma que se encuentra anclada a la tierra y a su naturaleza de vivir el día a día sin importarle el futuro o mejor dicho sin preocuparse por lo que pase después, ahora Jorge yo te pregunto a ti ¿Tu cómo te identificas?
Esa pregunta no me la esperaba, jamás había pensado que tendría que responder eso en algún momento de mi corta existencia en este mundo así que me tomé un momento para pensar y dije:
- Siendo sincero Maritza y después de pensarlo por un breve instante yo puedo afirmar que me identifico como una persona que tiene un propósito de existencia en este mundo, el único problema es que aún no encuentro o no conozco el propósito para existir –le dije con un tono burlón.
- Oh –dijo ella sorprendida— no esperaba esa respuesta Jorge, me ha gustado mucho y puedo sentir en ti pese a la distancia un aura de alguien que busca ayudar y ese deseo tuyo es muy bonito, solo debes saber cómo aplicarlo y espero que algún día encuentres ese motivo o esa causa para existir, sé que lo harás.
Las palabras de Maritza lograron resonar dentro de mi ser pese a que ella era una completa desconocida. Continuamos con las preguntas porque nuestro tiempo era corto por diversos compromisos que ambos teníamos, ella siguió contándome acerca de si misma y de cómo se sentía respecto al trabajo que hacia en Río de la Raya.
- Yo al trabajar con las comunidades y pueblos indígenas siento mucha alegría y paz porque uno en su pensamiento común tiene una idea de que por ellos estar alejados de la “sociedad moderna” van a ser odiosos con la gente de fuera pero no, es todo lo contrario, ellos son muy serviles y humanos pese a veces no tener electricidad o agua potable te proporcionan lo poco que poseen y lo comparten contigo como si fueras alguien más de su familia. Ellos son muy humanos en esa parte y creo yo que es algo que todos deberíamos aprender de ellos. –decía Maritza mientras se le aguaban los ojos de la felicidad de recordar eso.
- Vaya, se escucha la verdad increíble lo que me dices, me gustaría poder experimentar eso alguna vez –dije yo con una cara de fascinación que aun tengo al recordar sus palabras.
Bueno Maritza ya vamos con la ultima pregunta puesto que nuestro tiempo se ha agotado.
- ¿Qué sientes que podrías mejorar de ti como persona? – dije sin esperar una respuesta como la que me dio.
- Yo como todas las personas tengo fallos, eso yo lo sé; pero también se que puedo mejorar y lo que en verdad me gustaría hacer es mejorar mi poder de convencimiento en la gente ¿Por qué digo esto? –me preguntó— es porque siento que si mi capacidad de hablar o de convencer fuera mayor podría lograr muchas mas cosas para la experiencia como lo pueden ser mas apoyo, recursos, espacios, etcétera; pero como te digo Jorge los cambios requieren tiempo y yo he tomado mi tiempo en eso, no he mejorado mucho pero sé que lograré mi propósito.
Terminada su respuesta agradecí el tiempo que sacó para atender mi entrevista, le deseé lo mejor y cerré la videollamada con muchas cosas resonando en mi cabeza pero también con la sensación de que si hubiéramos tenido más tiempo podría haber conocido mas a esa persona llamada Maritza.
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